El proyecto de remodelación del Museo Arqueológico de Sevilla, ganado en concurso nacional en 2009 por el estudio de arquitectura Vázquez Consuegra de Sevilla, se presentó este lunes ante las autoridades. El inicio de las obras está previsto para el 2022 y cuenta con un presupuesto de 20 millones de euros.
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Una magnífica colección permanente, con algunas piezas realmente soberbias y un contenedor obsoleto y desvencijado. Un notable edificio del arquitecto Aníbal González, construido entre 1911-1919, con una serie de intervenciones posteriores de desigual fortuna, que han ido devaluando, cuando no anulando, la potencialidad espacial del edificio original: el Pabellón de las Bellas Artes de la Exposición Iberoamericana de 1929.
Este imprescindible y largamente esperado proyecto de intervención en el Museo Arqueológico supone la oportunidad de acometer finalmente, de forma unitaria y completa, una intervención integral que afectará a la totalidad del edificio. Una visión global que al tiempo que permitirá mostrar satisfactoria y adecuadamente su espléndida colección permanente, abrir el edificio al bellísimo entorno del Parque de María Luisa y resolver los atávicos problemas funcionales que nunca fueron debidamente resueltos, va a acometer una serie de operaciones de restauración, consolidación, acondicionamiento y eliminación de adiciones inadecuadas. Operaciones que estimamos imprescindibles para la supervivencia de los valores patrimoniales del edificio, así como para dar respuesta a los requerimientos y exigencias contemporáneas de un Museo para el siglo XXI.
Sin olvidar, por supuesto, que se trata de un Bien de Interés Cultural y que cualquier eliminación de las aportaciones sucesivas se realizara a fin de permitir la adecuada conservación del bien y una mejor interpretación histórica y cultural del edificio protegido. En cuanto a las nuevas intervenciones habrán de ser reconocibles evitando las confusiones miméticas. El proyecto arquitectónico deberá tratar, por tanto, de conseguir el delicado equilibrio entre las necesarias tareas rehabilitadoras que permitan la adecuación y transformación del inmueble y la salvaguarda de sus valores patrimoniales.
El conjunto de reformas que se han venido sucediendo a lo largo de los años (informe histórico) ha supuesto la alteración progresiva de la tipología edificatoria y la espacialidad interna del edificio de Aníbal González, imponiendo otras lógicas ajenas a la construcción original, pero sin alterar en lo fundamental la imagen exterior de su arquitectura. La construcción de forjados intermedios a diferentes cotas, que ha generado la modificación de su sección vertical, la alteración de los sistemas de iluminación cenital, de los accesos, flujos y circulaciones, el uso de materiales inadecuados etc., han distorsionado absolutamente el carácter fluido y unitario de su primitiva espacialidad.
Pero la necesidad de dar acomodo al complejo y extenso programa de usos que hoy debe definir el nuevo Plan Museológico del Museo Arqueológico, en línea con los museos contemporáneos (exposiciones temporales, almacenes registrables, áreas de investigación, conservación y restauración, cafetería, salón de actos, amplios y generosos espacios de recepción, acogida y organización de visitantes, etc.) al margen del discurso expositivo de su colección permanente, imposibilita la recuperación de la espacialidad del edificio primitivo, del Antiguo Pabellón Renacimiento, aquel que se desarrollaba en una única y espaciosa planta baja.
También será imposible mantener abiertas al exterior las logias que permitían esa relación intensa y luminosa con los jardines del Parque de María Luisa. Pero lo que sí asumiremos en nuestra propuesta de reorganización, recualificación y modernización del actual Museo es el reto de encontrar de nuevo esa relación fluida y continua con el exterior (allá donde no sea incompatible con el recorrido expositivo) y también de evocar esa espacialidad perdida en algunas áreas del edificio que, por otra parte, convengan a las piezas expuestas.
Intervención en el eje central
En todo caso quizás la operación sustantiva del proyecto se desarrolla sobre su eje transversal .Una operación que trataría de rescatar el espacio del óvalo central (óvalo según hemos comprobado en los planos originales de Aníbal González y elipse en el levantamiento realizado por Vorsevi en 2008) como acceso y vestíbulo principal del Museo, añadiendo un nuevo núcleo de comunicación vertical, liviano y acristalado, que permitirá conectar de forma clara y satisfactoria los tres niveles expositivos del museo.
Nuevo núcleo de comunicaciones
Todo ello nos lleva a proponer un nuevo núcleo vertical de comunicaciones, también al exterior del edificio, en su fachada trasera, justo en su eje central. Situado al exterior del edificio pero tan próximo a su fachada Sur como las condiciones funcionales lo permitan y ligeramente retrasado respecto a la línea de proyección de los torreones (del doble núcleo que contiene la reducida escalera) por lo que se inscribirá en el interior de la envolvente virtual del edificio existente o dicho de otra manera, siempre dentro del sólido capaz de la edificación. Un núcleo vertical de comunicaciones conformado por dos volúmenes simétricos que alojan una amplia escalera y un ascensor accesible, que transitará eficazmente los tres niveles públicos del museo conectándolos ahora con su nuevo vestíbulo. Localizado estratégicamente en su fachada trasera, velado por las tipuanas de gran porte que allí se emplazan y completamente oculto a los paseantes que se acercan al edificio desde la Plaza de América, preservando así inalterada la imagen de la Plaza proyectada por Aníbal González.
Intervenciones en la sala oval
En la propuesta la Sala Oval se transforma en el elemento clave del orden compositivo y simbólico de la intervención, recuperando su posición como espacio de ingreso y acogida (accesos a los distintos recorridos, información, áreas de descanso, venta de entradas, organización de grupos, etc.) como así sucedía en el proyecto de Aníbal González, cuando fue proyectada para la Exposición Iberoamericana de 1929.
Desde este espacio central, se podrá acceder tanto a las exposiciones temporales como a la exposición permanente del Museo. También se potencia la comunicación entre las fachadas Norte y Sur, gracias a la apertura de la gran puerta, situada al fondo, (hoy clausurada) al nuevo espacio de comunicación y circulación vertical, luminoso y transparente, que mira a los jardines. Por lo tanto, una mayor permeabilidad y apertura visual del edificio hacia su entorno, intensificado ahora con la apertura de las logias externas. Permeabilidad, transparencia y luz natural.
Construcción de nuevos forjados
En los niveles correspondientes a las plantas baja y alta las operaciones más significativas afectarán al sistema estructural, con la sustitución de buena parte de los forjados existentes por otros más acordes y adecuados a los nuevos requerimientos y al cumplimiento de la normativa vigente en materia de seguridad estructural. A destacar los correspondientes a la planta baja donde las grandes salas de planta cuadrada se cubren con forjados realizados in situ de trazado en retícula, especialmente adecuados a sus luces y geometría, que dibujan una sencilla caligrafía de relieves y texturas que otorgan una coherencia formal a todas las salas del edificio incluyendo la Sala Oval, al tiempo que resolverán eficazmente los problemas técnicos específicos de iluminación y climatización. En la planta de cubiertas se recuperan los lucernarios originales, ahora cegados, manteniendo y reparando las cerchas metálicas existentes, con acristalamientos y aislamientos térmicos adecuados para la recuperación de la iluminación cenital.
Recuperación de todos los espacios existentes
Otra de las opciones más relevantes que llevará acabo el presente proyecto, dentro del capítulo de acciones restauradoras integrales, se refiere a la recuperación de todos los espacios construidos del edificio. En este sentido interesa destacar la puesta en uso de los extremos del edificio, recintos cubiertos y abiertos, de una densidad y calidad espacial y ambiental absolutamente extraordinarias , que se encuentran abandonados y en gravísimo estado de degrado y deterioro. Dos funciones públicas vinculadas al Museo, cafetería y sala multiusos, ocuparán estos espacios y podrán desarrollar sus actividades con autonomía respecto al funcionamiento de la propia institución, procurando así una mayor interacción social, una relación más intensa entre Museo y ciudad.
Intervención en planta semisótano
En el semisótano y sin afectar a la cimentación existente se ha logrado rebajar levemente la cota de su pavimento, con lo que la altura de las bóvedas de cañón en las claves supera siempre los 3 metros y el paso entre ellas nunca es inferior a 2,40 metros. Conviene recordar que este nivel de semisótano fue proyectado como forjado sanitario, que aislaba y protegía de la humedad la planta baja de la cota del terreno. Se trata de un sistema de bóvedas tabicadas de ladrillo, sin valor constructivo alguno y de tosco y desigual acabado. Con el tiempo este nivel fue colonizado por el Museo, primero como almacén y luego albergando la exposición de Prehistoria.